Decálogo de las familias empresarias felices (1): poner el foco en las personas
¿En qué se parecen las familias empresarias felices? ¿Qué tienen en común? Cada familia empresaria es única, pero la investigación académica y la experiencia práctica nos muestran que las familias empresarias felices comparten algunas características. Hace algún tiempo las resumimos en una infografía. A lo largo de tres artículos, profundizaremos en los 10 rasgos comunes de todas las familias empresarias felices, que se pueden agrupar en tres dimensiones, según si hacen referencia a las personas, a la familia o a la empresa. En este artículo nos centraremos en la primera dimensión.
Todas las familias empresarias felices están enfocadas a las personas
“Ninguna empresa puede ser mejor o peor que las personas que la integran”, aseguraba el japonés Kaoru Ishikawa, experto en procesos empresariales y control de calidad, y no se alejaba para nada de la realidad. Si esta afirmación es extensible a toda empresa, en el caso de las familias empresarias resulta aún más significativa. Por este motivo, las familias empresarias felices cuidan el desarrollo personal y profesional de cada miembro de la familia y la mejora de las relaciones interpersonales a nivel familiar para conseguir el bienestar de cada miembro.
Las familias empresarias felices:
- Buscan el bienestar de cada familiar
Las familias empresarias felices son conscientes de que el hecho de disponer de un patrimonio empresarial debe servir para cuidar a cada uno de los miembros de la familia y que, si esta premisa no se cumple, es difícil que el proyecto común tenga futuro. En dicho contexto, el protocolo familiar puede resultar muy útil, pues establece los mecanismos necesarios para que cada miembro de la familia pueda desarrollar un plan personal y profesional acorde a sus capacidades y expectativas, y, así, lograr que los intereses personales sean compatibles con los intereses colectivos.
Cuando en una familia empresaria hay miembros que no disponen de un proyecto personal y profesional que les permita su realización y plenitud, o bien tienen dificultades y no les va bien permanentemente, la unidad y estabilidad de la familia propietaria quiebra. En este sentido, el Consejo de familia es el encargado de organizar y facilitar los medios necesarios a todos los miembros de la familia para que desarrollen sus capacidades y puedan llevar a cabo sus proyectos de la forma más eficiente posible.
Una de las funciones más sustanciales del Consejo de familia es proporcionar a cada miembro de la familia un plan personal a través del cual se pueda desarrollar adecuadamente e intente ser la mejor versión de sí mismo, generándole suficiente satisfacción y estabilidad. Eso sí, para llegar a crear este plan personal, es necesario partir de una buena base en forma de autoconocimiento personal para el proyecto vital de cada uno. Este proceso de autoconocimiento ayudará también a definir los roles de cada miembro de la familia en el proyecto común como familia empresaria, así como a concretar su participación en la estructura y órganos de gobierno de la familia y de la empresa.
Así pues, el “yo” es fundamental para poder aportar positividad y buenas relaciones personales con la familia inmediata, la familia amplia y la empresa familiar. De este modo, desarrollar buenas relaciones personales con los demás miembros de la familia es fundamental para gestionar las lógicas discrepancias que surjan.
Es fundamental invertir en capital humano e intelectual para potenciar el talento, habilidades y facultades de la familia empresaria. Hacer hincapié en el capital humano de la empresa familiar es la mejor manera de asegurar que los miembros de la familia empresaria desarrollarán adecuadamente su rol de propietarios responsables, de forma que las decisiones que corresponden sean tomadas de forma adecuada y pensando juntos para alcanzar el consenso. Sorprende en ocasiones la cantidad de tiempo y recursos que se dedican a proyectos filantrópicos loables y, sin embargo, se descuida la atención y el apoyo a familiares que están muy cerca.
“Hacer hincapié en el capital humano de la empresa familiar es la mejor manera de asegurar que la familia empresaria desarrollará adecuadamente su rol de propietaria responsable.”
- Se centran en los valores que les unen
Todas las personas tienen algunos valores concretos, así que hay que enfocarse y compartir los valores que se tienen en común; es decir, centrarse en las cosas que unen en vez de focalizarse en las que pueden distanciar. De hecho, muchos de los valores que tiene cada persona se han aprendido de pequeños, en el mismo grupo de hermanos, viendo cómo los padres los ejercían.
Las familias empresarias felices optan por potenciar estos valores comunes que comparten los miembros de la misma familia, por pocos que sean, ya que es más saludable que intentar que unos y otros se impongan determinados valores a una cierta edad. El objetivo se alcanza cuando los valores compartidos se trabajan y tienen significado y aplicación práctica en el día a día.
¿Dónde debemos dejar claros estos valores? No solo en el protocolo familiar y en los acuerdos familiares, sino que es fundamental que constituyan contenidos recurrentes en las agendas de los Consejos de familia. De su interiorización y aplicación dependen las tendencias del futuro de la empresa familiar. En realidad, estos valores comunes son las notas para disponer de una sola partitura como familia empresaria. Si estas notas no son suficientemente claras, es difícil enfrentarse a las diferentes tensiones de poder y dinero que desde la empresa se generarán entre distintos familiares.
“Los valores comunes son las notas para disponer de una sola partitura como familia empresaria.”
- Transmiten los valores con el ejemplo
Los valores se transmiten adecuadamente cuando se actúa con integridad. Si no existe una coherencia personal y profesional, resultará imposible transmitir valor alguno. El comportamiento de cada persona representa un escaparate de sus valores, de forma que las acciones que realizamos transmiten un ejemplo. Además, en este sentido, este ejemplo es fundamental, ya que las personas que más valoramos y forman parte de nuestra vida son las que más influencia tienen sobre nosotros.
Los valores personales, familiares y los empresariales están estrechamente vinculados. Al final, son los valores personales y familiares los que se trasladan a la empresa como valores corporativos, ya que la familia propietaria los aplica en sus declaraciones y actuaciones. De hecho, casi el 90 % de las familias empresarias considera que sus valores se reflejan en los valores corporativos de la empresa familiar e influyen en los diferentes aspectos del negocio, según recoge el estudio de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE Los valores y la comunicación en la empresa familiar.
“El comportamiento de cada persona representa un escaparate de sus valores, de forma que las acciones que realizamos transmiten un ejemplo.”
Los valores representan una fortaleza de las empresas familiares, pero su correcta transmisión supone todo un reto. De los valores personales, familiares y, en definitiva, corporativos, surgen muchas de las ventajas competitivas de las empresas familiares.
Una de estas ventajas competitivas, la visión a largo plazo en las decisiones, tiene su raíz en la generosidad de las generaciones actuales de contemplar lo que será conveniente en el futuro para los siguientes miembros de la familia. Es esta misma generosidad la que fuerza a muchas empresas familiares a mantener al máximo el empleo y la reinversión, incluso en épocas de crisis profundas y largas.
En conclusión, la capacidad de superación de los retos y las dificultades de las familias empresarias depende de diferentes factores y, entre ellos, las personas juegan un papel decisivo. El autoconocimiento para obtener la mejor versión de uno mismo, centrarse en los valores comunes de los miembros de la familia para superar circunstancias adversas y transmitir dichos valores con el ejemplo son fundamentales. Como bien dijo el escritor ruso Nikolái Vasílievich, “el ejemplo tiene más fuerza que las reglas”.
En el próximo artículo analizaremos los rasgos relacionados con la familia que comparten todas las familias empresarias felices.
Por Alfonso Chiner, Lecturer del Departamento de Dirección Estratégica y colaborador científico de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE
Luis fernando quiroga y piñeyro dice:
que mejor contraste y que gran satisfacción cuando en la empresa familiar feliz y de éxito los sucesores no se cansan de decir públicamente y a sus colaboradores » Mi padre me decía,,,,,» gracias por recordarlo.Magnifico articulo¡¡
Alfonso Chiner dice:
Apreciado Luis Fernando,
muchas gracias por tu comentario. Sin duda es una gran satisfacción que las nuevas generaciones recuerden el buen hacer de sus antecesores.
Un saludo,
Alfonso Chiner