Conectar con nuestros valores: el primer paso para lograr la felicidad en la empresa familiar
Por Lucía Ceja, investigadora de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE
En el mundo en el que vivimos todos queremos ser felices. Todos hacemos todo lo posible por tener una vida feliz. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de felicidad? En este artículo analizamos el significado del concepto “felicidad” y descubrimos cómo aplicarlo en el contexto en la empresa familiar a través de desarrollar un proyecto de plenitud vital.
¿Qué entendemos por felicidad?
De acuerdo con numerosas investigaciones sobre felicidad (1), el término tiene dos acepciones muy distintas. Puede hacer referencia a un sentimiento: a una sensación de placer, de alegría o de satisfacción intensa. A todas las personas nos gustan los sentimientos felices, nos gusta sentirnos alegres, así que no sorprende que los estemos buscando constantemente. No obstante, como sucede con otros sentimientos, la felicidad no dura mucho tiempo. Por mucho que queramos aferrarnos, el sentimiento de felicidad se nos escapa una y otra vez de las manos. Y, como numerosos expertos en felicidad nos indican (2), pasarnos la vida buscando sentimientos felices nos da escasa satisfacción. Por lo general, cuanto más los buscamos, más probable es que suframos ansiedad y estrés.
La otra acepción del concepto de felicidad es la de tener “una vida plena, llena de sentido” (3). Cuando tenemos un proyecto vital que nos motiva y que nos lleva en una dirección que valoramos y que para nosotros merece la pena, cuando tenemos claros unos objetivos vitales y actuamos en consonancia, nuestra existencia se vuelve plena y llena de sentido, y experimentamos una poderosa experiencia de vitalidad y de bienestar. No se trata de una sensación de felicidad fugaz, sino de una profunda sensación de bienestar, de una vida aprovechada al máximo y que merece la pena vivir.
“Deberíamos intentar construir un proyecto de plenitud vital que integre a la empresa familiar como un pilar importante y que llene de sentido nuestra vida”.
Felicidad y empresa familiar
Cuando hablamos de empresa familiar y felicidad, nos interesa mucho más el segundo significado de la palabra felicidad que el primero. Por supuesto que los sentimientos alegres y placenteros son agradables y deberíamos aprovecharlos al máximo cuando los experimentamos, pero en una empresa familiar, como en cualquier otro ámbito de nuestra vida, intentar ser siempre felices nos conducirá a la frustración. Por eso, en lugar de buscar sentirnos felices, deberíamos centrarnos en construir un proyecto de plenitud vital que integre a la empresa familiar como un pilar importante y que llene de sentido nuestra vida.
Un proyecto de plenitud vital lo podemos definir como una idea clara de aquello que queremos alcanzar para tener una vida plena y los medios para lograrlo. Construir un proyecto de plenitud es una tarea de gran envergadura, así que es importante darle la importancia que merece y tomarnos nuestro tiempo para construirlo.
Uno de los primeros pasos para construir un proyecto de plenitud personal es detenernos a reflexionar sobre nuestros valores, es decir, los principios fundamentales que nos guían y nos motivan en la vida. Es importante entender que los valores son diferentes de los objetivos. Un valor nos marca una dirección en la que queremos seguir avanzando y es un proceso constante que nunca se termina. Por ejemplo, si deseas ser un accionista responsable y comprometido, en cuanto dejas de ser responsable y comprometido con la empresa familiar, ya no estás viviendo de acuerdo con ese valor. Por el contrario, un objetivo es un resultado deseado que puede alcanzarse. Por ejemplo, un objetivo puede ser organizar la reunión del consejo de familia. Una vez alcanzado, ya podemos pasar al siguiente objetivo que tengamos en la lista.
“Conectar con nuestros valores nos hace sentir que nuestro esfuerzo por contribuir al proyecto familiar vale la pena.”
Ser miembro de una empresa familiar supone una serie de desafíos. Algunos retos comunes en las empresas familiares donde los valores cobran una vital importancia son continuar un proyecto que no has elegido directamente, salvo que seas el fundador, o gestionar la tensión emocional que conlleva tomar decisiones en equipo con diversidad generacional. Conectar con nuestros valores nos hace sentir que nuestro esfuerzo por contribuir al proyecto familiar vale la pena. Si valoramos ser hermanos cariñosos, vale la pena dedicar tiempo a convivir con nuestros hermanos. Si valoramos ser accionistas responsables y comprometidos, dedicaremos tiempo a formarnos como accionistas responsables. De este modo, nuestros valores actúan como los grandes motivadores de nuestro proyecto de plenitud.
En el próximo artículo aprenderemos algunas pautas para trabajar nuestros valores y definir un proyecto de plenitud vital en la empresa familiar.
REFERENCIAS
(1) Huta, V. (2017). An overview of hedonic and eudaimonic well-being concepts. In L. Reinecke & M. B. Oliver (Eds.), The Routledge handbook of media use and well-being: International perspectives on theory and research on positive media effects (pp. 14-33). New York, NY, US: Routledge/Taylor & Francis Group.
(2) Martin E.P. Seligman. Flourish: A Visionary Understanding of Happiness and Well-being; Paul Dolan. Happiness by Design: Finding Pleasure in everyday life.
(3) Mihaly Csikszentmihalyi. Fluir: emociones Positivas.
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