Nuevos propietarios, mismo ejecutivo: dirigiendo la empresa cuando cambia la propiedad

En cualquier empresa, la relación entre dirección y propiedad es crítica para la supervivencia del negocio. En las empresas familiares, donde además se superponen las esferas familiar y empresarial, resulta vital encontrar el equilibrio sin que ninguna de las dimensiones interfiera indebidamente en la otra.

Pero ¿qué sucede cuando se produce un cambio de propiedad y se mantienen los equipos directivos? ¿Y si el máximo directivo que se queda es miembro de la familia fundadora que ha dejado de ser (la máxima) propietaria del negocio?

Por Marta Elvira, profesora de dirección estratégica y
titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE

El cambio de propiedad en la empresa familiar puede deberse a causas diversas, desde una adquisición a la entrada de un private equity cuando no hay sucesores en la familia, por poner solo dos ejemplos.

En este artículo traslado al ámbito de la empresa familiar algunas ideas del capítulo “General management as firm ownership changes”, que escribí con mi colega Luis Manuel Calleja (†), Senior Lecturer del Departamento de Dirección Estratégica del IESE, para el libro General Management in Latin and Ibero-American Organizations: A Human Perspective (Routledge). A partir del análisis de varios casos reales, proponíamos una serie de recomendaciones para ayudar a la dirección y el consejo de administración cuando cambia la propiedad de la empresa, pero se mantienen los equipos directivos.

“Un ingrediente esencial para el éxito a largo plazo de los cambios de propiedad es que exista una gran confianza entre todas las partes involucradas en el proceso.”

Dos casos de estudio

De los casos analizados en el capítulo del libro, en este artículo nos centraremos en dos: USP Hospitales y UFINET Telecom, que nos servirán para ilustrar nuestras reflexiones.

Gabriel Masfurroll fundó USP Hospitales en 1997, y fue consejero delegado y presidente de la compañía hasta 2010. Este grupo dedicado a la salud adquirió más de 40 hospitales, manteniendo buena parte de sus directores [1]. En 2012, se fusionó con el Grupo Hospitalario Quirón y en 2016 pasó a ser propiedad del grupo alemán Fresenius Helios, que también mantuvo a la mayor parte del equipo directivo.

UFINET Telecom es un operador de cable español que ha cambiado tres veces de propietario manteniendo el mismo CEO: Íñigo García del Cerro Prieto. Con sede en España, esta compañía de telecomunicaciones opera en América Latina, Miami, Nueva York, Londres y Frankfurt. En 2014, fue adquirida por el fondo de capital riesgo europeo Cinven.

Tres consejos para que el cambio de propiedad sea un éxito

Existen diversas maneras de gestionar los negocios según el tipo de propiedad, pero todos los modelos tienen algo en común: dirección y propiedad han de estar alineadas para ser efectivas. Hay tres aspectos clave en la relación de la alta dirección y el consejo de administración para que el proceso de cambio de propiedad manteniendo el equipo directivo llegue a buen puerto:

>> Alto nivel de confianza entre propiedad y equipo directivo

Un ingrediente esencial para el éxito a largo plazo de los cambios de propiedad es que exista una gran confianza entre todas las partes involucradas en el proceso. Si los nuevos propietarios no confían en la experiencia y habilidad del equipo directivo para liderar la nueva etapa de la empresa, no tiene sentido que este equipo permanezca en la empresa. Al final, la falta de confianza tendrá un impacto negativo no solo en las relaciones interpersonales, sino también en los resultados financieros.

Durante el cambio de propiedad el presidente del Consejo en UFINET supervisó la actividad del equipo directivo, proponiendo ideas, líneas de acción y anticipándose a posibles problemas, pero sin interferir en la actividad del día a día. En USP Hospitales, cuando buscaban al primer fondo de capital riesgo, el equipo de USP se decantó por la propuesta de un private equity estadounidense, aunque tenía sobre la mesa una oferta mejor de un fondo británico, porque en el primero encontraron a una persona dispuesta a dar continuidad a su proyecto.

“El cambio de propiedad puede ser una excelente oportunidad de aprendizaje y convertirse en un periodo de adaptación para que los miembros de la familia fundadora que sigan trabajando en la empresa encuentren su lugar en el nuevo proyecto”.

>> Equipos de alta dirección unidos y cohesionados

Si los miembros que integran los equipos directivos han compartido tiempo juntos y tienen trayectorias previas similares, se entenderán mejor, generarán sinergias y se complementarán.

Íñigo García del Cerro, CEO, explica que en UFINET la mayoría de las personas llevaba muchos años en la empresa: muchos empleados empezaron como becarios y fueron creciendo en la compañía, aspecto especialmente destacable en un sector con un alto nivel de rotación como el de la alta tecnología. Por su parte, en USP Hospitales, el equipo emprendedor fundador se mantuvo durante años, y fue incorporando gerentes de algunos de los hospitales que iban adquiriendo.

>> Cambios en la dirección vistos como oportunidades de aprendizaje

En la mayoría de los casos, un cambio en la propiedad de la empresa conlleva cambios en la forma de gestión. Aunque estos cambios implican trabajo adicional, el equipo directivo exitoso suele verlos como oportunidades para aprender y mejorar la forma de hacer las cosas.

En las empresas familiares que dejan de ser propiedad de la familia fundadora, total o parcialmente, pero donde algunos miembros de la familia siguen siendo directivos o consejeros, es conveniente que estos sean capaces de asumir sus nuevos roles y dejar atrás sus antiguas funciones. Solo de esta manera lograrán evitar tensiones y malentendidos, aportar valor al nuevo proyecto empresarial y hacerlo crecer.

También en estos casos, el proceso de cambio a la nueva propiedad puede ser una excelente oportunidad de aprendizaje y convertirse en un periodo de adaptación para dejar atrás la trayectoria profesional previa y encontrar su lugar en la nueva empresa. Es la ocasión idónea para reformular la propiedad emocional y vinculación familiar al negocio y encontrar nuevas motivaciones que permitan reinventar el contrato psicológico con la nueva compañía.


[1] En este artículo, cuando hablamos de “directivos”, de “consejeros” o de “director general” entendemos que el cargo puede ser desempeñado por una mujer o un hombre de forma indistinta. También cuando nos referimos a los empleados, los accionistas, etc., usamos la forma masculina como genérica, para agilizar la lectura, entendiendo que engloba tanto el femenino como el masculino.

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