El trust se define como un conjunto de bienes que se administran y gestionan en interés de unos beneficiarios concretos.

Al igual que la figura del Fidecomiso, cuenta con una estructura triangular basada en la confianza, por la que la persona que lo constituye (Settlor) encomienda a una segunda persona (Trustee) la gestión y administración de un patrimonio en interés de terceros (los Beneficiarios) o con un fin determinado.

Los bienes afectos al trust salen del patrimonio del Settlor y se gestionan de forma separada e independiente, con una finalidad concreta en función de la voluntad del constituyente (fiscal, familiar, sucesorio, etc.)

Es una figura propia del derecho anglosajón (propio del Common Law) que actualmente no está reconocida en el ordenamiento jurídico español, a diferencia de otros Estados del entorno europeo con origen jurídico civil (Civil Law) que sí han regulado la figura del Trust para supuestos concretos, como es el caso de Italia, Francia, San Marino o Luxemburgo, entre otros.